19 septiembre 2014

Mexicanos al grito de...



Aprovechando el mes patrio, y en vista de que todavía faltan varios meses para desempolvar mis patines, escribiré de México.

Desde muy pequeña siempre me han inculcado el amor a la patria. Mi abuelo formó parte de la Marina Armada de México, y por esa misma razón mi familia siempre ha estado muy cercana a ese círculo de gente: tíos, primos, amigos de la familia, etc. He escuchado muchas historias de todas las cosas que se hacen por defender a la patria: persecusiones en buques, de mi abuela y su bebé recién nacido (mi tío), a los que el capitán del barco muy "amablemente" subió a bordo en tiempos de guerra para que mi abuelo pasara tiempo con su familia, o del amigo de mi abuelo, al que hundieron 2 veces durante esa misma época. La patria siempre ha valido la pena ser defendida. Imaginarán que, fuera del cliché, soy de las personas que dice que es un orgullo ser mexicano. Sin embargo, independientemente de todo lo que he escuchado y vivido en mi infancia, ahora veo cosas que, como niño, uno no ve, o no entiende. Vi la ceremonia del grito por la TV, me pareció lo más desencantada que puede haber. Me pareció lamentable el manejo de la transmisión del evento, el sonido de los acarreados en el Zócalo me pareció algo así como las risas falsas en los programas de comedia. Se supone que es una ceremonia por México, no por un presidente, y lo que quiero escuchar es un honesto ¡Viva México!, a pesar de las rechiflas, no me interesa la porra a Enrique Peña Nieto por parte de los no sé cuántos acarreados (y no es nada en contra del Presidente, ese es tema aparte que definitivamente no tocaré ahora). Son esas cosas las que me recuerdan ese profundo coraje que tengo: las primeras elecciones presidenciales en las que voté fueron las del 2000, y fue un orgullo participar en esa ocasión en la que creímos que las cosas iban a cambiar, pero pasaron 12 años de berrinches infantiles entre políticos, y quedó el camino pavimentado para regresar a lo mismo. Ahora tenemos un presidente que no puede aprenderse de memoria lo que tiene que gritar, y a sus acarreados echándole porras a pesar de eso.

Y bueno, luego de desahogar mi coraje, diré lo que originalmente quería decir: que todos los mexicanos gritemos desde el fondo de nuestro corazón ¡Viva México!, y que sea verdad el sentimiento de orgullo de ser mexicano. Pero definitivamente, como sociedad, nos hace falta demasiado para que haya verdaderas razones para sentirse orgulloso de nuestro País. La imagen del mexicano es de una persona corrupta, tramposa, que no respeta las leyes, prepotente cuando puede, racista, acomplejado. Afortunadamente es imposible generalizar esta descripción, pero la vemos todos los días en las calles: la señora en camioneta que se mete en la fila, el chofer de camión que se pasa el alto, las personas en el elevador que te dicen "buenos días" a tí, pero ignoran a la señora que hace la limpieza en el edificio, el señor en su mercedez benz, con su camionetota de guaruras atrás, que se cree que por venir en coche elegante tiene más derecho a pasar que todos los demás (y así sólo demuestra que es un naco venido a más). Está en todos nosotros que el ser mexicano sea verdaderamente un orgullo.

... que conste que advertí que soy muy patriótica.

A cosas más relax: hace unas semanas tuve una pesadilla en la que llegaba a una competencia, con panza de embarazada y toda la cosa, pero me daba cuenta de que no llevaba mis cds con la música de mi programa... eso es lo que pasa con el patinaje: se convierte en algo que haces, que sueñas, que respiras, aún cuando estás dejos del hielo.

Me enteré que habrá una Copa Santa Fe... tiene un nombre más largo y fancy, pero honestamente no lo recuerdo. Será en la pista del Centro Comercial Santa Fe del 3 al 5 de octubre. No es una competencia de federación, pero pues si andan por ahí, igual se pueden entretener un rato con algunos programas de patinaje.

Me despido, espero no desaparecerme tanto tiempo.