A veces pareceríamos unos desadaptados, pero lo que pasa en realidad es que no nos entienden.
Recientemente llegaron mis patines nuevos. Para cualquier persona sería "Ah, ok, chido...", pero por lo menos para mí son un gran evento. Los patines se vuelven parte de ti, te acompañan en un duro camino que sólo tú y ellos han recorrido. Mis patines actuales llevan conmigo más de 9 años ya, me han acompañado desde que trataba de perfeccionar el toe-loop (curioso, hasta cierto punto sigo en ese mismo lugar aún :P) hasta ahora, que en mis días de intrépida intento hacer un doble loop. Han visto uno que otro axel por ahí, han intentado (sin éxito) el flying camel, pero han visto evolucionar el camello, desde ese punto en que no es muy claro qué es, hasta un camello de 7 vueltas. Me han visto ir y venir, se fueron al clóset cuando nació María José, regresaron, se fueron al clóset nuevamente cuando llegó Daniel, regresaron nuevamente. Han patinado en Cuautitlán, Lomas Verdes, Interlomas, Bosques, Santa Fe, Metepec, Lerma, Querétaro, León, próximamente en Puebla, en la pista temporal de Azcapotzalco, en la pista del MIT, de Boston University, Boston Common, Kendall square, Boston Skating Club, Chelsea Piers en Nueva York... Aún recuerdo el día en que me los entregaron. era 21 de abril del 2007. El día anterior había sido mi primera competencia en Bosques, me caí haciendo un salto de tres - medio loop - salchow (a la fecha odio esa combinación). Mis papás me fueron a ver patinar esa noche, y de ahí se fueron al hospital a ver a mi sobrina Lu, que estaba por nacer. En la mañana del 21 fui a conocer a mi hermosa sobrina, y de ahí pasé a la tienda de Cuajimalpa por mis recién montados patines (las botas y las cuchillas se compran por separado). Hoy, a poco más de 9 años de distancia, han llegado los patines que los sustituirán: unas lindas botas con un bordado lateral muy cuco, y unas cuchillas muy high tech, con marco de aluminio rosa y cuchillas de acero. Mis patines anteriores me acompañarán a mi última competencia este 21 de mayo en Puebla (Hielojuegos), y después se irán finalmente a descanzar.
...Y no es que sea una desadaptada, creo que muchos (si no es que todos) los patinadores le dan un lugar así de especial a sus patines... es sólo que la mayoría de la gente no lo entendería. Cuando llegó mi mamá de Estados Unidos con mis patines, se los enseñé a toda mi familia, y la reacción fue básicamente "¡ah, órale!"... cuando los llevé a la pista y se los enseñé a mi familia patinadora, vieron las botas, su bordado, qué tan duras estaban, cargaron las cuchillas notando su ligereza... Paco y Alberto olieron las botas y su aroma a patines nuevos, tocaron la suavidad de la tela con que están forradas... es casi como llevar a tu nueva pareja a conocer a tu familia jejeje :D
Hoy estrené los patines. es increíble lo distinto que son de los patines anteriores. Las botas aún son muy duras, por lo que será un largo camino para que se amolden a mis pies, y a eso hay que agregarle el acostumbrarme a botas y cuchillas más ligeras... pero no importa, por algo los patines pueden ser así: porque los patinadores tienen ese fuego interno que te permite superar ese y muchos otrod retos más difíciles aún.
... la verdad es que ¡somos lo MÁXIMO!
Aquí una foto de los susodichos:
(aún tengo el reto de ser más constante con mi blog... pero que conste que no lo he dejado.)