Pues sí, llegó el día del Campeonato Nacional de Patinaje Artístico.
Sí, lo acepto, el resultado no era lo que esperaba, pero en este deporte hay veces que las cosas están fuera de tu poder. Puedo decir con certeza que hice mi mayor esfuerzo, patiné una rutina limpia, acabé con el fantasma que me perseguía del Nacional de hace 3 años, y me sentí muy bien en el hielo. Los jueces no me favorecieron, sea por la razón que sea, y tengo ahora una linda medalla plateada en casa... y no discuto el segundo lugar, sino el puntaje que le dieron a mi rutina. Pero ya lo sabemos, es un deporte subjetivo a pesar de todo, y los jueces son los que tienen la última palabra.
Ese fue un día agotador, comenzando con el entrenamiento oficial a las 7:40 de la mañana, la competencia a las 2:40 por la tarde, y la premiación como a las 10:30 de la noche. Todo esto en Lunes, haciendo imposible que me acompañaran José Antonio o María José. Yo sé que me echaron porras desde donde sea que estuvieran, pero esos horarios tan mal planeados hicieron de toda la competencia algo hasta cierto punto solitario.
A pesar de todo esto, la experiencia fue maravillosa. Afortunadamente, el patinaje de adultos se está haciendo más popular en nuestro país, y en lugar de estar el pasado lunes yo sola con mi coach, tuve una grandiosa porra en todos los adultos que nos reunimos ahí para compartir nuestros logros sobre el hielo, y eso les agradezco a todos ellos.
Y por supuesto, nunca terminaré de agradecerle a esa persona que se queda detrás de la barda, acompañándome en la rutina paso a paso, cada salto, cada molinete, que celebra por mí cada elemento que resulta exitoso, y al final me recibe con un fuerte abrazo. Yo sé que ese no fue nuestro día, pero mejor recordemos la felicidad que sentimos al final de esa rutina limpia. Millones de gracias Paquito, por todo tu esfuerzo, toda tu paciencia, todos tus nervios, y hasta por la porción extra gigante de palomitas que te comiste en mi nombre justo antes de entrar al hielo... ahora veamos al frente y comencemos a pensar en lo que sea que siga: una rutina de showcase (aunque las odies todavía), un examen de Adulto Plata, o simplemente sacar adelante ese Axel que nada más no se deja.
Por fortuna, o por desgracia, esta vida se trata de aprendizaje, así que hay que sacar lo mejor de esta experiencia y seguir adelante.
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