29 diciembre 2013

La vuelta al hielo en 80 twizzles

Básicamente, esa es mi triste historia cada vez que trato de hacer un molinete genérico. Los molinetes siempre han sido mi "coco". Desde que empezaba a aprender los molinetes en dos pies, hace ya varios años, hasta ahora que tengo una baja tasa de éxito en los molinetes sentados (sit spin). Y bueno, ni hablemos de los molinetes invertidos. Después de muchísimo trabajo, y muchas canas que seguramente le salieron a Elvira en su momento, y ahora a Paco, logré hacer el famoso camello, con una tasa de éxito bastante alta, y con una posición razonablemente aceptable... y un día, el camello decidió hacerme la vida de cuadritos. Después de tanto esperar la apertura de la nueva pista de hielo en el Centro Comercial Santa Fe, en la Ciudad de México, finalmente tuve la oportunidad de ir a disfrutar el hielo recién hecho. Por supuesto, para cuando llegué, una semana después de la apertura, los muchachos de hockey ya habían pasado por ahí y habían dejado sus irreparables zanjas repartidas por toda la superficie (en serio, fastidiar el hielo ¡¡no es señal de que sepan patinar!!). Pero bueno, el hielo estaba muy liso, seco, y de esas condiciones en las que pones tu toepick y sin mayor esfuerzo sales volando a grandes alturas (o por lo menos eso es lo que uno siente), y yo estaba muy emocionada de finalmente estar ahí, y cuando me emociono, empiezo a patinar con más energía, cosa que no necesariamente es buena. Primero me caí en una combinación de Flip-Loop, algo pasó cuando iba a hacer el loop (probablemente mis hombros/brazos perdieron la postura que deben tener) y me di un trancazo bastante fuerte. Pero bueno, todo el mundo se cae en un salto, uno está relativamente listo para ello y en general no te agarran tan desprevenido. Por supuesto que, después de ver el golpe, Paco decidió llevársela con calma y que mejor tratáramos molinetes, que son "más seguros". Como dirían en la película "Más extraño que la ficción": - Little did we know...- (Lo que no imaginábamos era que...) en un camello común y corriente, el hielo le hizo una trastada a mi cuchilla y yo caí de espaldas, dándome tremendo golpe en la cabeza que definitivamente nadie se esperaba. Luego de unos segundos de aturdimiento en el que escuchaba a lo lejos las voces de Paco y Fabiana preguntándome si estaba bien, mi cabeza y todo su contenido regresó a su lugar y empecé a pensar en todo el asunto. El orden fue básicamente: "¡que trancazo me acabo de dar!" (con palabras no tan amables); "¿me está saliéndo sangre de la cabeza?" (afortunadamente no); "ok, este no es mi ideal de hacer show en una pista de hielo, ¿qué tanta gente me está viendo?"; "Me voy a parar y salir por mi propio pie, no quiero hacer esto más grande de lo que es... sólo denme un momento para que todas las ideas vuelvan a su lugar"; "¡Carámba! ¿En serio? ¿haciendo un vil camello? No entiendo qué fue lo que pasó" (can palabras no tan amables); Entonces, con mi chichón en la cabeza y el ego totalmente herido, procedí a levantarme. Derramé 3 o 4 lágrimas por el asunto, Paco estuvo ahí para consolarme, y ahora lo único que resta es vencer a esos demonios: el camello, el hielo, las cuchillas afiladas. Pero todo esto es parte de este deporte: caer, levantarse, volverlo a intentar y, eventualmente, llegar a dominarlo.

A otra cosa, mariposa: El 2013 llega a su fin, y ahora hay que poner los ojos en el 2014. Primero tenia en mente comenzar el año compitiendo en la categoría Adulto Playa para el Interpistas en Marzo (porque, definitivamente no voy a ir a Puebla a una competencia), pero tal vez la opción es tomar la música perfecta recién encontrada en el iPod heavymetalero de mi maridito y cortarla a 1:50 y usarla para la rutina del próximo año. Hay que cambiar de rutina. hay que reinventarse, y hay que poner a Paquito a trabajar horas extras ;)

Muy feliz año 2014, que tengan la oportunidad de hacer sus sueño realidad, y que aprovechen esas oportunidades al máximo.


19 diciembre 2013

Tiempo de paz...

Han sido semanas muy intensas últimamente. 3 semanas de practicar la rutina de sincronizado, una exhibición que se nos cruzó por ahí en la inauguración de la pista de hielo en Iztacalco, pero finalmente todo regresa a la normalidad y a la tranquilidad.

Les voy a platicar de mi experiencia en el sincronizado. Definitivamente me gusta más el patinaje cuando tengo la posibilidad de convivir con más gente. En el sincronizado pasas tiempo con gente que comparte tu gusto por el deporte, compartes con ellos la experiencia de hacer rutina, y se crea algo así como un sistema de apoyo entre todos. Claro que, con más tiempo de entrenamiento, podría salirnos mucho mejor, y el grupo que participamos en la exhibición de Iztacalco y el festival de Buenavista no es viable para competencias por el hecho de que había gente de categoría Mayor y Adulto. Aun así la experiencia, con todos sus bemoles, valió totalmente la pena.

Y pues bueno, sí, fuimos a dar una pequeña exhibición durante la inauguración de la pista de hielo en la delegación Iztacalco. Participó gente que definitivamente tiene mucha más experiencia que yo (y mucho mejor nivel de patinaje también), que conectan con el público... mientras tanto yo medio hice mi rutina del Nacional. La moraleja: necesito una rutina multiusos para exhibiciones. Tengo ya en mente una canción, pero tengo un pequeño problema: no sé cómo se llama, ni quién la canta. Por lo pronto ya tengo algunas otras opciones de canción, algunas de Sarah Brightman, para sentirme como princesita en el hielo, porque ¡vaya que la actitud cuenta!

Hoy traté de hacer Axel, nuevamente. Estoy convencida de que mi problema está en mi cabeza, lo pienso demasiado antes de lanzar el salto, y el día que logre controlar eso todo podrá fluir como debe. Intenté hacer un doble salchow, que hasta ciento punto es más fácil que el Axel. En realidad los dos salen igual de mal, pero estoy segura de que los dos saldrán algún día, y sólo necesitan practica como todo en este deporte.

Lo que me hizo el día fue encontrarme con unas niñas que, luego de verme patinar una o dos vueltas hacia adelante, me preguntaron si era profesional y me pidieron que hiciera un "giro". Como tenía patines recién afilados, eso del molinete no progresó en ese momento, pero hice un pequeño flip que me aplaudieron muy amablemente... nunca me habían festejado tanto un flip.

La próxima semana espero poder ir finalmente a patinar a la recién inaugurada pista de hielo en el Centro Comercial Santa Fe... ¡muero de ganas por ir, especialmente con mis patines con filo!

Una imagen para que se den una idea...

08 diciembre 2013

Invierno a la mexicana

Después de vivir en una ciudad donde las estaciones del año eran de libro (ya saben, primavera con sus flores, verano con el sol al máximo, otoño con los árboles de colores ocres y tapetes de hojas secas en el suelo, e invierno nevado), el invierno mexicano me es un tanto extraño. Y de hecho no entiendo por qué insisten en enseñar a los niños en la escuela que el invierno implica frio y nieve, siendo que en México el invierno tiene un sol raro que calienta y "pica" como dirían algunas personas, y ya ni los volcanes están nevados (lo cual es una verdadera desgracia).

Como sea, insistimos en que nuestro invierno sea primermundista y ponemos máquinas de "nieve" en los centros comerciales y pistas de hielo al aire libre en cada delegación del DF. Y bueno, ni qué decir de la pista del zócalo capitalino, hielo a pleno sol de diciembre. Mucha gente critica esto, dicen que es darle pan y circo al pueblo y demás, y probablemente sea cierto, pero aún así, creo que está bien ofrecerle al "pueblo" la oportunidad de experimentar cosas a las que en general no tendrían acceso. Y tan estoy de acuerdo con eso, que si tuviera la oportunidad de dar clases gratis de patinaje artístico en la pista del zócalo, con muchísimo gusto lo haría.

Recientemente tuve que ir a fisioterapia (no recuerdo si comenté por aquí que tenía un dolor de espalda baja francamente incapacitante). Platicando con la fisioterapeuta, me comentó que le gustaba mucho escuchar todas las historias de sus pacientes. Muchas veces están ahí por practicar algún deporte, y cuando platican acerca de ese deporte, lo hacen con todo el amor del mundo, con una pasión contagiosa. Yo siempre he dicho que el patinaje sobre hielo es mi más grande pasión, y esa pasión tan grande es irremediablemente contagiosa, y en cada oportunidad que pueda compartirla lo haré.

Y en medio de pasiones contagiosas, de pronto me encuentro con la oportunidad de participar en el patinaje sincronizado, y no saben cuánto disfruto de convivir con gente que comparte mi gusto por el deporte. Nada como platicar del tema, preguntar tips, ver demostraciones, ver la presunción de los demás con los nuevos trucos aprendidos. El patinaje no debe ser un deporte individual, porque mientras más gente, más ideas y más puntos de vista, la experiencia se enriquece inevitablemente.

01 diciembre 2013

Patinar es lo de menos...

Hay una pregunta que me han hecho muchísimas veces: ¿Es fácil patinar en hielo? Mi respuesta siempre ha sido que sí, es fácil, pero requiere tiempo, esfuerzo, dedicación. En realidad, en el patinaje sobre hielo lo de menos es patinar. Yo creo que cualquiera que tenga realmente el interés puede aprender los saltos, molinetes y pasos, y ojalá fuera así de simple. Hace falta algo mucho más difícil de encontrar: corazón.

Y al decir corazón no sólo me refiero a tener cierto gusto por el deporte, en realidad es un deporte bonito y espectacular, a quién no podría gustarle, y quién no quisiera aprender a hacer un cuádruple toe-loop (yo sé que hay gente a la que no le gusta).Al hablar de tener el corazón para patinar, me refiero a todas las veces que tendrás que levantarte y seguir. Me refiero a la que se esguinzó el tobillo mientras caminaba hacia la pista de hielo, justo antes de la competencia, y aún así se puso sus patines y compitió; o el que escuchó un crack que provenía de su tobillo a la mitad de su rutina luego de un mal aterrizaje de un salto, y acto seguido se enderezó y trató de seguir con su rutina, o al menos lo que pudiera hacer. He visto a mucha gente patinar en hielo, incluso estar ya en niveles de aprender saltos dobles y demás, pero les falta el corazón. Es más, he escuchado a muchas niñas decir que ellas no compiten, nada más porque sí, o historias de gente que compite en el nivel inferior al suyo para asegurar una medalla, y estos casos son totalmente de gente que no tiene el corazón para esto. El viernes pasado vi a una niña, alumna de Paco, que está aprendiendo a patinar. La niña tiene 7 años de edad, ya hace molinete en un pie, salto de tres, y tengo entendido que ya está aprendiendo los saltos sencillos, a pesar de que tiene unos cuantos meses de haber empezado. Seguramente esta niña tiene talento, o facilidad, pero lo más importante es que se ve que tiene el corazón, y eso es lo que la puede llevar lejos.

¡Sincronizado!

¿Quieres hacer algo divertido? ¡Patina en grupo! La semana pasada comenzamos los entrenamientos para el equipo de sincronizado. Originalmente iba a ser solamente de adultos (no es el caso), y los niveles están un tanto disparejos, pero definitivamente es de las cosas más divertidas que hay. Sí, es exigente, y a veces algo frustrante, pero patinar en grupo es muy gratificante por ser no sólo un éxito individual, sino un éxito común para todos los del equipo. Si todo sale bien, haremos nuestro debut en el festival de fin de año el próximo 14 de diciembre por la tarde en la pista Ice Central Buenavista. Están todos invitados.

Una noticia muy feliz: finalmente encontré la música para mi rutina de Adulto Plata. Ojalá sea posible poner una rutina para ir al Interpistas, aunque lo estoy viendo un poco difícil. Los mantendré informados.

Y para terminar, un video con ejemplos de patinaje sincronizado... no, no nos veremos tan profesionales, pero tenemos el corazón, y estamos dando el primer paso.