28 abril 2015

El directorio actualizado!!

Bueno, acabo de actualizar el directorio de pistas de hielo en el Valle de México.

Si alguien sabe de alguna pista de hielo que no esté listada aquí, les agradeceré mucho que me pasen el dato.

:)

Como volver a casa...

El fin de semana antepasado fui a ver las competencias de patinaje a Forum Buenavista. Conocía a muy pocos competidores, y el guardia de seguridad ni siquiera me dejó pasar a saludar y desearles suerte antes de su competencia, pero estos eventos son más que ver gente patinar: Saludas a amigos que hacía mucho no veías, comentas los resultados, recuerdas anécdotas, conoces gente que está en el mismo canal que tú. Disfruté muchísimo ir porque, como lo dice el título, fue como volver a casa y ver a la "familia" patinadora. Le agradezco infinitamente a José Antonio que se quedó con los niños para que yo pudiera ir.

Y hablando de "familia patinadora", por razones de fuerza mayor (la pista de Pabellón Bosques es una desgracia) me he visto en la necesidad de mudarme. Ayer fui a mi clase de prueba a la que espero sea mi nueva casa. después de casi un año de hacer básicamente nada de ejercicio, echarme un maratón de entrenamiento me dejó totalmente adolorida, y agotada, pero sobre todo me dejó pensativa acerca del precio que debo pagar. Fuera de los $xx que tenga que pagar, debo despertarme muy temprano en domingo y sacar leche suficiente para Daniel, debo manejar varios kilómetros (afortunadamente sin tráfico), y pierdo bastante tiempo de convivencia con mi familia, lo que creo que es lo más costoso. Patinar es mi más grande pasión, pero esta vez será el regreso más difícil de todos... tal vez por eso siento la obligación de sacarle el 150% de provecho de esa clase: ¡A trabajar se ha dicho!

Ahora les platico del maratón de clase. Fue interesante, comenzamos dando algunas vueltas al hielo, luego algunos steps cortesía de Paquito, y luego cada grupo se fue a su sección de la pista. El grupo en el que estoy está muy padre, todas trabajan duro, hay mucho entusiasmo y sobre todo apoyo de unas a otras, que es de lo mejor que se puede pedir. Aún no sé el nombre de todas, pero supongo (y espero) que Paco hará una presentación oficial la próxima clase. Después de la clase de grupo, en la que no me fue tan mal como esperaba, hubo algo así como una clase masiva de coreografía por parte de Nacho. De ahí nos fuimos a piso y vimos distintos tipos de baile, como ballet, danza contemporánea, jazz, hiphop, y cumbia (o tal vez salsa), terminando con un algunos estiramientos y un poco de relajación. Fue una clase muy intensa pero valió la pena el esfuerzo (y los dolores de piernas que me atormentan ahora mismo).

Y cambiando de tema, ahora Paco cayó de mi gracia al decirme que la música que tanto me encanta de mi programa para Adulto Plata es horrible. Me niego a cambiarla. pero puedo proponer una música para alguna otra ocasión. Patinadores, favor de abstenerse de pirateársela. ;)


18 abril 2015

El peor enemigo en casa

En realidad, esto aplica a absolutamente todo en esta vida. Yo creo que todos nos hemos topado alguna vez con este tipo de enemigos.

Como ya conté alguna vez, empecé a patinar cuando tenía 24 años. Cuando era niña, convencí a mis papás de que me inscribieran a un curso de verano de patinaje sobre hielo, en la pista de Galerías Reforma (la que estuvo por muchos años sobre la carretera México-Toluca). No recuerdo que edad tenía, recuerdo que era todavía una niña, definitivamente no la más pequeña del grupo. En algún punto, comenzaron a enseñarnos los cruzados (cuando cruzas los pies mientras das la vuelta alrededor de la pista), el ejercicio consistía en ir cruzando los pies sin movernos hacia adelante. Me tropecé o algo así y me caí, y recuerdo que hubo risas y algún comentario sarcástico del profesor. Mientras yo apenas podía patinar hacia adelante, algunas niñas ya hacían molinetes en dos pies, y la verdad es que me sentí bastante desanimada.

Pasaron los años.... muchos años, debo decir, y fui a pedir informes para mis clases de patinaje. de no ser por Elvira, mi primera coach, probablemente este blog no existiría, no sabría que mientras yo escribo en este momento se está llevando a cabo la Copa Buenavista (o exámenes, o algo así), y tal vez estaría haciendo algo más productivo pero mucho menos placentero que escribir un blog acerca de mi más grande pasión. Pero bueno, volviendo al tema, Elvira me aceptó como su alumna. Tiempo después de confesó que, al verme, pensó que no iba a pasar del salto de tres, e iba a huir del deporte al darme cuenta de que no es algo fácil. Afortunadamente, Elvira creyó en mí (aunque sea un poco), me aceptó y me dio la oportunidad que muchas veces pensé que no tendría nunca. Gracias a ella, vencí a uno de tantos enemigos que hay: toda la gente que te ve y piensa que estás demasiado grande para aprender a patinar en hielo.

Ya una vez dentro de este mundo del patinaje, me he encontrado con muchos otros enemigos. Mi familia, que opina que estoy muy grande, que es muy peligroso y me voy a partir la pierna en 20 pedazos o algo así, que no me tome la molestia de ir a una competencia porque no es como que vaya a perder el oro olímpico. Nunca tendré un oro olímpico, pero aunque una que otra vez sueñe que, por arte de magia, logro hacer un triple axel, las medallas no son mi incentivo para pararme en el hielo. Sólo cuando encuentras tu gran pasión te das cuenta de que las medallas o reconocimientos no son el incentivo que te mantiene haciendo lo que te apasiona. Lo haces por el puro gusto... por supuesto que las medallas iluminan tu día, pero éstas terminan arrumbadas en alguna esquina de la habitación (o se convierten en un juguete más de María José). Me recuerda una frase que me dijo mi esposo alguna vez, citando a uno de sus filósofos consentidos G.K.Chesterton: "If a thing is worth doing, it is worth doing badly" ("Si algo vale la pena hacerlo, vale la pena hacerlo mal"). Aunque de primera impresión parecería algo raro, Chesterton habla de que las cosas que valen la pena hacer, valen la pena que las hagas, aunque sea mal. reflejándolo en el patinaje: Vale la pena patinar, aunque nunca llegues más allá del salto de tres.

Luego de filosofar un rato, volvamos al tema. Llegó el día del primer Nacional en el que competiría. Me tocó competir justo el día que le harían la fiesta de cumpleaños #90 a mi abuela... y debo decir que, para cuando me inscribí al Nacional, la fecha en que celebraríamos a mi abuela iba a ser el fin de semana anterior al Nacional... podrán imaginarse lo molesta que me sentía cuando me dijeron del cambio de fecha para la fiesta, cosa que empeoró al enterarme que competía justo el día de la fiesta. Bueno, el caso es que me fue muy mal, me caí dos veces, de la forma más tonta que puede haber, quedé en 2o, de dos, Paco dejó de dirigirme la palabra como por una semana, y estuve a punto de tirar mis patines a la basura. Mi peor enemiga era yo misma, que estaba segura que patinar no era lo mío, que nunca lograría nada (como en el resto de mi vida) y que lo mejor era desistir. Ese es tal vez el peor enemigo que puede haber: esa pequeña voz interna que trata de convencerte de que no puedes. Por eso es importante rodearte de las personas indicadas: José Antonio no me dejó rendirme y me recordó lo mucho que amo patinar en hielo, Paco me ayudó a callar esa pequeña voz de "no puedo", y algún tiempo después logramos algo que nunca pensé que pasaría: 1er lugar en Hielojuegos (competencia a nivel nacional, tal vez la 2a. más importante, después del Nacional). A la fecha, ese es uno de los días más felices de mi vida, y por eso les estaré eternamente agradecida a José Antonio por estar siempre ahí y creer en mí, y a Paquito por no darse por vencido con mi terrible patinaje.

El peor enemigo es el que te dice que no puedes, esté fuera o dentro de tí (este último es el peor), por eso debes rodearte de voces más fuertes que te digan que sí puedes, o que al menos lo intentes. Hay que arriesgarse a perseguir los sueños, porque así corres el riesgo de alcanzarlos.

¡Por supuesto que se puede!


12 abril 2015

Mi "No Salto de Tres"

Si Paquito hubiera estado ahí, probablemente le hubiera dado un pequeño infarto. Fui a patinar con mi niña, después de casi un año de no entrar al hielo. Le pregunté a María José si quería verme saltar, me dijo que sí, así que la llevé a la orilla y le dí mis lentes. Me dirigí al centro de la pista y pensé que un salto de tres era la opción: es fácil, no requiere mucha velocidad ni altura... que podría salir mal....

¿Qué podría salir mas? ¡Pues el salto de tres por supuesto! El primer intento fue un fracaso total, mi ego herido me obligó a intentarlo nuevamente de inmediato y salió algo que podría ser bien visto en Debutantes 1 o algo así. Quedó demostrado que el patinaje tiene una parte importante de feeling: no importa cuántas veces te lo expliquen, cuántas veces te lo demuestren, hasta que no lo experimentas tú, con tu propio cuerpo, no puedes entender de qué se trata. Luego de casi un año, uno pierde la conciencia de su propio cuerpo patinando, afortunadamente no es tan difícil recordarlo, pues como bien dicen "lo que bien se aprende, jamás se olvida". La vez pasada que dejé de patinar regresé mejor que nunca.... esta vez sé que será igual, y saldrá el axel, y saldrá el doble salchow... y con suerte hasta un sit spin que parezca sit.

Estoy tan cerca de volver a patinar... y estoy tan emocionada por hacerlo y ver todo lo que viene con ello...

Cambiando de tema: Se viene la Copa Buenavista y la Copa Adultos, el próximo fin de semana (del 17 al 19 de abril) en la pista de Ice Station (Centro Comercial Forum Buenavista). Entrada libre, y una oportunidad para ver algunas "patinolas"(como mi sobrina Lu llamaba a las patinadoras cuando era pequeña) de todas las edades y de todos los niveles. Por supuesto que no competiré yo, pero iré a echar porras a los amigos, conocidos y no tan conocidos.

Mi blog está de vuelta. :)

06 abril 2015

Síndrome de abstinencia: por qué NECESITO regresar al hielo

Veo publicaciones y más publicaciones de ISU acerca de los muchos eventos que hay. recientemente se llevó a cabo el Mundial de patinaje artístico... me lo perdí, entre que no tengo Sky, ni IceNetwork, ni tiempo disponible para ver repeticiones, a lo más que llegué fue a enterarme de que el español Javier Fernández ganó en la categoría varonil. Cada vez me siento más desconectada de todo el tema... tal vez por eso, en parte. no he escrito nada en este espacio.

El patinaje es adictivo. Tal vez sólo lo entiendan los que patinan razonablemente seguido, pero todos los demás créanme, llega un punto en que se convierte una necesidad, y si estás fuera del hielo por un tiempo empiezas a ponerte de mal humor, algo hostil, un tanto depre, y definitivamente te sientes incompleto. Llevo así ya varios meses, ya siento cierto coraje con el tema, y ruego porque llegue el día de volver al hielo... se acerca, yo lo sé, y por lo pronto voy a hacer hasta lo imposible para darme una vuelta en la Copa Adultos que se llevará a cabo en la pista de Forum Buenavista en algunas semanas (aún recibo las convocatorias a las competencias).

¿Qué es lo que me gusta de este deporte? En realidad me gusta absolutamente todo (excepto los malos jueceos, de los cuales todos somos víctimas de vez en cuando). Es muy gratificante aprender algo nuevo, lograr ese salto que tantos dolores de cabeza (y trasero) te ha dado, incluso se siente bien patinar a toda velocidad en sesión pública y quedar como una presumida de lo peor (acéptenlo, nos gusta presumir). Me encanta buscar la música para mi próximo programa, y luego editarla para que quede de la duración necesaria, tengo incluso música editada que tal vez nunca use. Puedo ser como niña chiquita y escuchar mil veces la misma canción en el coche, y a veces en el alto hasta hago memoria de qué salto o molinete va en cada parte de la música... ahora trato, de vez en cuando, de recordar el último programa que pusimos para Adulto Plata, pero tiene tanto tiempo ya que se ha vuelto un tanto borroso, pero sigo amando la música así que habrá que adaptar nuevamente. La parte técnica de poner el programa en sí puede ser un poco cansada, más emocionalmente que físicamente, pero empezar a practicar el programa completo es de lo mejor que hay. Debo decir que, y creo que ya lo he escrito antes, unas semanas antes de la competencia, o presentación, creo que se llega a un punto en el que uno se pregunta por qué está haciendo eso, por qué competir, por qué aguantar tanto estrés y cansancio físico de a gratis... me encantaría si otros patinadores pudieran decirme si les pasa lo mismo, y realmente dan ganas de tirar la toalla e irse a descansar... luego llega la competencia con su respectivo rush de adrenalina, todo el ambiente del evento, los compañeros patinadores (en Adultos es de lo mejor que hay), y es como si estuvieras en un universo aparte, donde sólo hay gente que comparte tu gusto, que te entiende. Es algo que no puedes compartir con cualquiera, y simplemente no hay palabras para describir la emoción. Y luego, llega el día en que logras quedar en primer lugar y te sientes la reina del universo...

Sigo en en síndrome de abstinencia, pero el patinaje me hace feliz y llena una parte de mí que sólo este deporte puede llenar. Tengo que volver, aunque tenga que cruzar media Ciudad de México para llegar a ese hielo que me haga sentir bien.

... y bueno, no sólo de patinaje vive Carla, también podría alimentarme de esto por toda la vida :)

Alpine® Original Spiced Apple Cider Mix