LFO
RFO
LFO cambio de tres
CWB cruzados
RBO cambio de tres
Jackson con el izquierdo
Jackson con el derecho
2 pies
Impulso con la derecha
Chasé con la izquierda
Movimiento raro de cambio de filo con swing roll o algo así... que por cierto, hasta el momento sólo le sale a Paco
RFI cambio de tres
... y sonreír :)
Tan decentes que se veían.... y no hablo de las hijas de la vecina, que dicen por ahí que andan en malos pasos, sino de las famosas secuencias de pasos. Hoy, mi coach y yo le dedicamos un muy buen rato a practicar para el examen de Básicos y Pre-Preliminar (en cristiano les llamaremos "Palitos 1" y "Palitos 2"). Finalmente llegamos a la parte fea del examen: la secuencia de pasos... debo decir que esa fue la parte fea, porque la parte de terror fue intentar hacer una "Tijera" relativamente decente (para marco histórico de la "Tijera", favor de consultar el post anterior de este blog).
Bueno, el caso es que yo nunca he sido muy buena en toda la parte del patinaje que consiste en dejar los patines sobre el hielo (curioso, si no puedo con la parte de patinar, entonces ¡¡¿¿cómo se le llama a lo que hago en el hielo??!!), entonces se puede suponer que la parte de secuencia de pasos iba a ser mi coco (obviamente no considerábamos que una méndiga tijera iba a convertirse en el mayor obstáculo), sin embargo no fue tan terrible como pensaba. Lo sorprendente fue lo agotador que estuvo esa práctica.
Alguna vez, mientras estaba sentada en las gradas viendo una competencia en Pabellón Bosques, escuché a una señora, que probablemente se creía toda una conocedora del tema (como muuuuuchas señoras de la zona) criticando a una pobre niña que hacía su rutina sin sonreír. Yo sé que 2 minutos no son nada, y mucho menos lo son el minuto con 50 segundos que dura aproximadamente una rutina de Preliminar. Bueno, pues déjenme platicarles que, detrás de esos 2 minutitos, hay muchísimas horas de trabajo, muchas caídas, dolores musculares (como el que traigo desde el martes gracias al "piso" de Nachito), unos 3 intensos minutos de calentamiento, y la parte de la que esta señora "doña experta" claramente no tiene ni idea: no es sólo el cansancio físico, ojalá se tratara de patinar sin pensar y ya (o sólo pensar en sonreír), es la concentración en cada movimiento, el ritmo que tienes que llevar en la cabeza, la memoria que tiene que recordar cada movimiento (afortunadamente, tengo un blog que se llama "Carla sobre hielo" en el cual puedo describir a grandes rasgos una secuencia de pasos y ahorrarnos a Paco y a mí el esfuerzo de recordarla), la fuerza que necesitas para mantener el equilibrio, entrar correctamente a cualquier movimiento y mantener una postura al final de éstos... más la presión en el caso de una competencia, el estrés de tener muchas miradas sobre tí (especialmente cuando llevas una microfaldita semitransparente)... no es fácil sonreír. Y probablemente no es caso exclusivo del patinaje: muchos deportes se ven muy sencillos por la TV (hasta el golf, que en lo personal no considero deporte), pero lo que hacen todos esos deportistas, que además de hacerlo bien, lo hacen parecer fácil, no son cosas de tomar un palo de golf, o treparse a un caballo, o aventarse a la alberca desde el trampolín, o manejar un coche, o perseguir un balón, o ponerse los patines de hielo que te rentan en la pista... y aunque fuera así de sencillo, la gran diferencia es la pasión, que bien o mal, con o sin sonrisa, merece un gran respeto.
Anuncio rápido: El último fin de semana de octubre va a llevarse a cabo la Copa Metepec de patinaje artistico sobre hielo. Hasta el momento no tengo el plan de ir a competir (en semana y media es la sesión de exámenes en Cuautitlán, así que mi mente está puesta ahí por el momento), pero si tienen tiempo, y andan por la zona, dénse una vuelta y échenles porras a las niñas de Pabellón Bosques... en una de esas nos vemos por allá.
30 septiembre 2010
24 septiembre 2010
Las caídas de mi vida
El pasado miércoles me caí, muy muy feo, mientras estaba patinando. Un movimiento que, en lo personal no considero complicado, llamado "Tijera" o Split Jump, salió muy mal en el aterrizaje, me fui de boca, con todo, por poco me llevo a una pobre niña que tomaba su clase cerca de ahí (y por poco ella me da un accidental cuchillazo en la cara), creo que causé un poco de preocupación entre los coaches que andaban por ahí (bueno, causé mucho orgullo en mi coach Paquito, que me dijo que la méndiga tijera salió muy bien, excepto por el aterrizaje). Es una de mis peores caídas, aún tengo los raspones (gracias al "magnífico" hielo con que contamos en Pabellón Bosques) y moretones. Pero caídas han habido muchas, algunas intrascendentes, otras que me han sacado del hielo algunos días, y seguro habrá muchísimas más.
En el patinaje hay personas talentosas que probablemente nunca hayan tenido un moretón por culpa de una caída, habemos otros tantos, no tan afortunados, que hemos empezado a hacer cayo al grado de que ya casi ni se sienten... y probablemente haya otros más desafortunados para los que una caída las ha significado retirarse del deporte. Y la diferencia yo creo que no es la caída en sí, sino la reacción una vez que estás tendido en el hielo. Hay varias posibilidades: en el mejor de los panoramas, la caída no va más allá de un trasero mojado, te levantas y prosigues como si nada. Por el contrario, en el peor de los casos, levantarse ya no es una opción, sales en los brazos de alguien (o en una camilla) y puedes despedirte del hielo por un buen rato... en estos dos casos, la reacción es muy evidente y creo que no logra mostrar el verdadero caracter de una persona (aunque la persona que regresa al hielo después de una férula o yeso merece mucho respeto). Es en todos los casos intermedios donde te puedes dar cuenta de muchas cosas: hay el caso del que crea un nuevo temor a cierto movimiento y básicamente se estanca ahí; está también el caso de la que "llora" y prefiere tomarse una pausa; y finalmente está el valor que necesitamos en este país, este mundo, esta humanidad: está el que se levanta y lo vuelve a intentar. No es fácil, y tal vez no sea al momento, pero lo importante es analizar lo que pasó, qué fue lo que salió mal, pensar en una estrategia para evitar el mismo error, probar la eficacia de la estrategia, practicar mucho para que el error se convierta en un obstáculo definitivamente superado... simplemente no dejarse vencer por nada.
Cualquiera cae, hay que diferenciarnos por ponernos de vuelta en pie y volverlo a intentar.
Y hablando de "No dejarse vencer", disculpen la breve pausa en este blog, pero mi abuela ha estado internada en el hospital desde el lunes, fue operada esta mañana, y con tan sólo un 35% de posibilidad de éxito, la cirugía salió como querían, y hasta el momento no han habido más complicaciones. Ella se encuentra bien, un poco traqueteada, pero con ganas de seguir en este barco llamado vida... así que, con las suficientes ganas, sí se puede vencer a ese 65% en contra.
En el patinaje hay personas talentosas que probablemente nunca hayan tenido un moretón por culpa de una caída, habemos otros tantos, no tan afortunados, que hemos empezado a hacer cayo al grado de que ya casi ni se sienten... y probablemente haya otros más desafortunados para los que una caída las ha significado retirarse del deporte. Y la diferencia yo creo que no es la caída en sí, sino la reacción una vez que estás tendido en el hielo. Hay varias posibilidades: en el mejor de los panoramas, la caída no va más allá de un trasero mojado, te levantas y prosigues como si nada. Por el contrario, en el peor de los casos, levantarse ya no es una opción, sales en los brazos de alguien (o en una camilla) y puedes despedirte del hielo por un buen rato... en estos dos casos, la reacción es muy evidente y creo que no logra mostrar el verdadero caracter de una persona (aunque la persona que regresa al hielo después de una férula o yeso merece mucho respeto). Es en todos los casos intermedios donde te puedes dar cuenta de muchas cosas: hay el caso del que crea un nuevo temor a cierto movimiento y básicamente se estanca ahí; está también el caso de la que "llora" y prefiere tomarse una pausa; y finalmente está el valor que necesitamos en este país, este mundo, esta humanidad: está el que se levanta y lo vuelve a intentar. No es fácil, y tal vez no sea al momento, pero lo importante es analizar lo que pasó, qué fue lo que salió mal, pensar en una estrategia para evitar el mismo error, probar la eficacia de la estrategia, practicar mucho para que el error se convierta en un obstáculo definitivamente superado... simplemente no dejarse vencer por nada.
Cualquiera cae, hay que diferenciarnos por ponernos de vuelta en pie y volverlo a intentar.
Y hablando de "No dejarse vencer", disculpen la breve pausa en este blog, pero mi abuela ha estado internada en el hospital desde el lunes, fue operada esta mañana, y con tan sólo un 35% de posibilidad de éxito, la cirugía salió como querían, y hasta el momento no han habido más complicaciones. Ella se encuentra bien, un poco traqueteada, pero con ganas de seguir en este barco llamado vida... así que, con las suficientes ganas, sí se puede vencer a ese 65% en contra.
19 septiembre 2010
Yo creo en México
Yo creo en México...
... por toda su gente, cálida y amable, que hace de cualquien rincón un hogar para el visitante,
... por toda su riqueza natural, por sus paisajes, sus desiertos y selvas, por toda su biodiversidad,
... por todos los que trabajan duro y honestamente, y que así logran sacar adelante a sus familias,
... por su espíritu de solidaridad, porque México siempre está ahí para ayudar,
... por su espíritu fiestero, por su creatividad y su buen humor, por todos los chistes que tratan de alivianar el ambiente,
... por toda su riqueza cultural y toda su historia,
... por su colorido, por todos sus hermosos trajes típicos y sus deliciosas comidas, por toda su variedad, su diversidad de gente, por todas sus lenguas y tradiciones,
... por sus playas, por sus montañas, porque tiene de todo, para todos los gustos y ocasiones,
... por la Virgencita de Guadalupe, y todos los Santos, a los que se les reza fervientemente cada día,
... por sus fuerzas armadas, que aún piensan en dar la vida por nuestro país,
... por sus empresarios, que invierten en México, generan empleo y riqueza de una forma honesta,
... por los mexicanos, que tenemos fe en México y que queremos hacerlo un país mejor.
El problema es que yo no reconozco a este país...
... con delincuentes tan violentos, que han perdido toda conciencia y para quienes la vida humana no vale nada,
... con autoridades que permiten cualquier tipo de delito, y que no hacen nada al respecto, como los que permiten que se construya en áreas protegidas como las barrancas o parques o zonas ecológicas, o que permiten que se eliminen las banquetas para que el edificio tenga 2 metros más de jardín (es que los peatones no pagan mordida para poder caminar),
... con empresarios a los que sólo les importa el dinero, y quienes desechan a sus trabajadores como si nada,
... con su "clase alta" que sólo lo es económicamente, porque es maleducada, prepotente, egoísta, y que no le genera nada (o al menos nada bueno) al país,
... con autoridades corruptas, y ciudadanos corruptos, porque para la corrupción hacen falta dos partes,
... con personas que se quejan de que no se hacen cumplir las leyes, pero son los primeros en romperlas, como los que fuman donde está prohibido, van a antros abiertos después de la hora permitida, manejan en estado de ebriedad, consumen sustancias prohibidas (a ellos les podemos agradecer en parte la fuerza del narco en nuestro país),
... con automovilistas bastante incivilizados, que tiran basura en las calles, se pasan los altos, no respetan los cruces peatonales (y mucho menos respetan a los peatones), se estacionan donde está prohibido, se dan vuelta donde no deben (y encima de todo, le echan la culpa al Metrobús de los accidentes), se meten en sentido contrario para ahorrarse una vuelta (como si ellos tuvieran que caminar la vuelta "extra" jalando el coche o algo así), que no respetan los lugares reservados a minusválidos (siempre he pensado que, el que hace eso, es porque es minusválido cerebral), o se estacionan para ocupar dos lugares en lugar de uno (no vaya a ser que algún incivilizado como ellos se estacione junto),
... con sindicatos que, lejos de proteger a los trabajadores, se dedican a robarles, a robarle a los empleadores, y a mantener al país hundido en la ignorancia e ineficiencia,
... con gente que busca la forma fácil de hacer las cosas, y no la correcta, como el que se mete en la fila, o la mamá que exige que su hija apruebe el examen que no es capaz de pasar por ella misma, o que obtiene un buen empleo (o un buen negocio) gracias a palancas, o los famosos aviadores...
Este no es mi México, no puedo (y no quiero) reconocer a este país tan desafortunado.
¡¡Viva México, sea donde sea que esté!!
Nota: Afortunadamente, todas esas cosas malas son ejemplos, no todas las autoridades son corruptas, no todos los automovilistas son unos animales, no toda la gente de la clase alta es naca, ni todos los empresarios son unos desgraciados... afortunadamente aún hay gente valiosa, en todos los estratos, en todas las profesiones y todos los empleos, en iniciativa privada y en gobierno.
... por toda su gente, cálida y amable, que hace de cualquien rincón un hogar para el visitante,
... por toda su riqueza natural, por sus paisajes, sus desiertos y selvas, por toda su biodiversidad,
... por todos los que trabajan duro y honestamente, y que así logran sacar adelante a sus familias,
... por su espíritu de solidaridad, porque México siempre está ahí para ayudar,
... por su espíritu fiestero, por su creatividad y su buen humor, por todos los chistes que tratan de alivianar el ambiente,
... por toda su riqueza cultural y toda su historia,
... por su colorido, por todos sus hermosos trajes típicos y sus deliciosas comidas, por toda su variedad, su diversidad de gente, por todas sus lenguas y tradiciones,
... por sus playas, por sus montañas, porque tiene de todo, para todos los gustos y ocasiones,
... por la Virgencita de Guadalupe, y todos los Santos, a los que se les reza fervientemente cada día,
... por sus fuerzas armadas, que aún piensan en dar la vida por nuestro país,
... por sus empresarios, que invierten en México, generan empleo y riqueza de una forma honesta,
... por los mexicanos, que tenemos fe en México y que queremos hacerlo un país mejor.
El problema es que yo no reconozco a este país...
... con delincuentes tan violentos, que han perdido toda conciencia y para quienes la vida humana no vale nada,
... con autoridades que permiten cualquier tipo de delito, y que no hacen nada al respecto, como los que permiten que se construya en áreas protegidas como las barrancas o parques o zonas ecológicas, o que permiten que se eliminen las banquetas para que el edificio tenga 2 metros más de jardín (es que los peatones no pagan mordida para poder caminar),
... con empresarios a los que sólo les importa el dinero, y quienes desechan a sus trabajadores como si nada,
... con su "clase alta" que sólo lo es económicamente, porque es maleducada, prepotente, egoísta, y que no le genera nada (o al menos nada bueno) al país,
... con autoridades corruptas, y ciudadanos corruptos, porque para la corrupción hacen falta dos partes,
... con personas que se quejan de que no se hacen cumplir las leyes, pero son los primeros en romperlas, como los que fuman donde está prohibido, van a antros abiertos después de la hora permitida, manejan en estado de ebriedad, consumen sustancias prohibidas (a ellos les podemos agradecer en parte la fuerza del narco en nuestro país),
... con automovilistas bastante incivilizados, que tiran basura en las calles, se pasan los altos, no respetan los cruces peatonales (y mucho menos respetan a los peatones), se estacionan donde está prohibido, se dan vuelta donde no deben (y encima de todo, le echan la culpa al Metrobús de los accidentes), se meten en sentido contrario para ahorrarse una vuelta (como si ellos tuvieran que caminar la vuelta "extra" jalando el coche o algo así), que no respetan los lugares reservados a minusválidos (siempre he pensado que, el que hace eso, es porque es minusválido cerebral), o se estacionan para ocupar dos lugares en lugar de uno (no vaya a ser que algún incivilizado como ellos se estacione junto),
... con sindicatos que, lejos de proteger a los trabajadores, se dedican a robarles, a robarle a los empleadores, y a mantener al país hundido en la ignorancia e ineficiencia,
... con gente que busca la forma fácil de hacer las cosas, y no la correcta, como el que se mete en la fila, o la mamá que exige que su hija apruebe el examen que no es capaz de pasar por ella misma, o que obtiene un buen empleo (o un buen negocio) gracias a palancas, o los famosos aviadores...
Este no es mi México, no puedo (y no quiero) reconocer a este país tan desafortunado.
¡¡Viva México, sea donde sea que esté!!
Nota: Afortunadamente, todas esas cosas malas son ejemplos, no todas las autoridades son corruptas, no todos los automovilistas son unos animales, no toda la gente de la clase alta es naca, ni todos los empresarios son unos desgraciados... afortunadamente aún hay gente valiosa, en todos los estratos, en todas las profesiones y todos los empleos, en iniciativa privada y en gobierno.
07 septiembre 2010
Dos visiones de la vida
Probablemente haya muchas otras visiones de la vida, no creo que todo esto se reduzca a un número tan pequeño. Pero, en lo que a patinar en hielo respecta, en esta vida hay dos tipos de personas: los que pueden hacer un Axel, y los que no.
Aquí creo que debo hacer una pausa y explicar qué es un Axel. El Axel es un salto en patinaje artístico. Es el más difícil de todos, y creo yo que es el que pone más retos en el deporte, es algo así como la puerta a una revolución adicional en el aire. Tenemos el salto de tres (o Waltz jump), que consiste en media revolución, el toe-loop, salchow, loop, flip y lutz, que son de una revolución en el aire, y llegamos al Axel, que es 1 y media revoluciones en el aire. Como dije antes, el Axel es la puerta que hay que cruzar para comenzar con toe-loop, salchow, etc. etc. dobles, o con dos revoluciones en el aire. En una rutina de patinaje, es muy fácil distinguir el Axel porque es el único salto al que el patinador entra de frente.
Luego de este breve paréntesis cultural, volvemos al tema de que hay dos visiones de la vida: la visión de aquella persona que ha trabajado para aprender a saltar y hacer molinetes, y que en una situación cualquiera, sorprendería a la gente en sesión pública. Y la segunda visión es la de aquella persona que ya sabe, no solo hacer un salto sencillo, sino que ha caído mil veces, y todas y cada una de esas veces se ha levantado y lo ha vuelto a intentar, hasta que finalmente un día logra hacer un Axel. Y caer un Axel no es solo la satisfacción de un salto, es sentirse vencedor ante un obstáculo que no mucha gente logra superar. Es como maná para el ego. Luego de un Axel, aunque parezca increíble (y tal vez hasta un poco ridículo), el mundo se ve distinto. Uno se siente invencible, y los moretones en las manos y las rodillas, el dolor de piernas, y todos los efectos secundarios, no producen dolor sino una enorme satisfacción al saber que los sacrificios han dado finalmente una recompensa.
Caí un Axel.
Y para cerrar con broche de oro el día, José Antonio trajo gyozas para cenar... ¿qué grandioso he hecho para merecer todo esto?
Los últimos dos comentarios del tema: Paquito, se llama Metatarso... y me debes un green tea frappé.
Hey, y sigo esperando voluntarios que hagan compromisos de civilidad. Aburkensen ya se comprometió a llegar a su trabajo puntualmente, yo ya me comprometí a no hablar por teléfono mientras conduzco. ¿Alguien más?
Aquí creo que debo hacer una pausa y explicar qué es un Axel. El Axel es un salto en patinaje artístico. Es el más difícil de todos, y creo yo que es el que pone más retos en el deporte, es algo así como la puerta a una revolución adicional en el aire. Tenemos el salto de tres (o Waltz jump), que consiste en media revolución, el toe-loop, salchow, loop, flip y lutz, que son de una revolución en el aire, y llegamos al Axel, que es 1 y media revoluciones en el aire. Como dije antes, el Axel es la puerta que hay que cruzar para comenzar con toe-loop, salchow, etc. etc. dobles, o con dos revoluciones en el aire. En una rutina de patinaje, es muy fácil distinguir el Axel porque es el único salto al que el patinador entra de frente.
Luego de este breve paréntesis cultural, volvemos al tema de que hay dos visiones de la vida: la visión de aquella persona que ha trabajado para aprender a saltar y hacer molinetes, y que en una situación cualquiera, sorprendería a la gente en sesión pública. Y la segunda visión es la de aquella persona que ya sabe, no solo hacer un salto sencillo, sino que ha caído mil veces, y todas y cada una de esas veces se ha levantado y lo ha vuelto a intentar, hasta que finalmente un día logra hacer un Axel. Y caer un Axel no es solo la satisfacción de un salto, es sentirse vencedor ante un obstáculo que no mucha gente logra superar. Es como maná para el ego. Luego de un Axel, aunque parezca increíble (y tal vez hasta un poco ridículo), el mundo se ve distinto. Uno se siente invencible, y los moretones en las manos y las rodillas, el dolor de piernas, y todos los efectos secundarios, no producen dolor sino una enorme satisfacción al saber que los sacrificios han dado finalmente una recompensa.
Caí un Axel.
Y para cerrar con broche de oro el día, José Antonio trajo gyozas para cenar... ¿qué grandioso he hecho para merecer todo esto?
Los últimos dos comentarios del tema: Paquito, se llama Metatarso... y me debes un green tea frappé.
Hey, y sigo esperando voluntarios que hagan compromisos de civilidad. Aburkensen ya se comprometió a llegar a su trabajo puntualmente, yo ya me comprometí a no hablar por teléfono mientras conduzco. ¿Alguien más?
02 septiembre 2010
De verdad que cómo somos inconscientes a veces...
Desde mí, floja, que voy al centro comercial en coche (siendo que es incluso más rápido ir caminando), hasta el nacote que se estaciona en el lugar reservado a discapacitados nada más porque le da pereza caminar un poco, creo que a todos, en cierta forma, nos vale algo así como gorro nuestro ambiente, nuestra ciudad, nuestro planeta, nuestros vecinos y nuestros no vecinos. ¿Acaso sería mucho pedir ser un poco civilizados?. Medio mundo (o incluso un porcentaje más alto) "admiramos" a los países desarrollados, que porque son muy limpios, o que son muy ordenados, o que todo el mundo respeta las leyes, o que bla, bla, bla... pero es que pareciera que no es nada más eso de que vemos el pasto más verde en casa del vecino, sino que dejamos nuestro pasto abandonado, sin regar, sin cuidar, sin podar, sin quitar las hojas y las hierbas, y por supuesto que, al ver el pastito medio verde, algo disparejo y un tanto ralito del vecino, se nos hace precioso comparado con el zacate seco horroroso que tenemos en casa.
Y bueno, ¿a qué viene todo esto?. Ayer fui a una reunión y escuché algo que me dejó bastante sorprendida: Una chava, como de mi edad, casada con dos hijos, comentó que su marido llevó a su hijo mayor al doctor... ¡¡¡A MIAMI!!! Esto está tan mal en varios niveles... Primero: en mi muy humilde (y tal vez bastante nacionalista) opinión, seguramente aquí hay buenos pediatras. Hay muchos, seguro alguno, por probabilidad, es muy bueno, e incluso tal vez hasta hay alguno conocido por su gran prestigio a nivel internacional. En serio, ¿ir al pediatra a Miami? Y yo que pensaba que ir de Santa Fe a Médica Sur (el original, en el sur profundo de la ciudad) era ilógico... Y de hecho ese es otro punto que está mal: lo ideal sería ir al pediatra que se ubicara a una distancia racional de nuestra casa. Supongo que estas personas no han escuchado hablar de una cosa que se llama algo así como... CONTAMINACIÓN. Pero claro, por qué contaminar con un coche, si se puede contaminar 100 veces más con un avión (hay que pensar en grande). Y OK, supongamos que no hay ningún doctor bueno en todo México, el niño tiene una seria condición, muy rara, y la única opción es ir a EUA... en serio, ¿a Miami? Hey, si quieres los mejores cuidados del mundo para tu hijo, y los puedes pagar, ¡te vas a Boston! Ahí está el Children's Hospital, probablemente uno de los mejores hospitales infantiles del mundo... alguna vez escuché como descripción: "Es algo así como entre la NASA y un kindergarten". Honestamente, prefiero que digan "llevamos a fulanito al pediatra, y luego de premio por portarse bien lo llevamos de vacaciones a Miami"... A ver qué pasa cuando fulanito se fracture el brazo y tengan que treparlo a un avión para que le pongan un yeso en Miami.
Ok, la historia anterior sí es un extremo, y seguro es la diminuta minoría la que hace cosas así (afortunadamente). Pero en serio, leo las noticias y veo lo terriblemente mal que estamos en México. Y dejen ustedes la violencia, eso no es tanto nuestra culpa, pero por ejemplo: el Partido "Verde Ecologista" pide que no se aplique la ley esa de las bolsas de plástico en el supermercado... sí, el que se supondría que sería el primero en apoyar la ley, es el primero en renegar de ella. O el tipejo desgraciado que atropelló a un policía y a las 2 semanas o algo así quedó en libertad... y vaya que hay casos así. Eso es otra cosa: yo sé que los policías no son unos santos, que muchos cometen errores, que otros tantos son corruptos y nada más andan buscando mordidas, pero bueno, ¿de qué serviría que buscaran mordidas si nosotros no las diéramos? En la corrupción, creo yo que hacen falta 2 partes en la historia.
O qué tal toda la gente que se queja de las inundaciones, pero sin mayor problema de consciencia tiran basura en la calle. Y qué decir de los que se quejan del tráfico y los embotellamientos, pero van, literalmente, en dos automóviles: su coche o camioneta, más el coche o camioneta de los guaruras. O de los que se quejan de la contaminación, pero andan ellos solos, no en una camioneta cualquiera, sino en un Hummer, estorboso, horroroso (para mi gusto), y que consume una cantidad estúpidamente grande de combustible... si quieren andar en un vehículo así, ¿por qué no se van a trabajar a Grumer de choferes de camión de valores? (aunque, ¡¡Dios nos libre de más camiones de valores en las calles!!).
Y bueno, luego de este no tan breve desahogo, creo que debería olvidar las quejas y proponer soluciones... o hacer un propósito personal al respecto. Debo decir que, aunque lo hice una vez, no doy mordidas, nunca. Incluso, la última vez que me pararon, por venir hablando por celular, le regalé una barra de granola al policía y le agradecí su honestidad al levantarme una infracción sin nada de "a ver cómo nos arreglamos" y porquerías de ese estilo. Y, a pesar de todas las historias macabras que escucho, respeto a los policías, porque si no los respetamos a ellos, que se supone que son la autoridad más cercana a nosotros, ¿a quién vamos a respetar?. Que tal si aquí, por escrito, me comprometo a no cometer infracciones... especialmente no hablar por teléfono celular mientras manejo (que, la verdad, si lo hago muchas veces). Y si rompo este compromiso, que me pare un poli y me levante una multa. He dicho.
Nota: Se aceptan voluntarios para hacer cualquier otro compromiso de civilidad.
Cambiando de tema, en Octubre es posible que vaya a patinar a Metepec, a "hacer un examen" de patinaje... ya les platicaré que tal la pista de Metepec, y que tal el examen.
Y bueno, ¿a qué viene todo esto?. Ayer fui a una reunión y escuché algo que me dejó bastante sorprendida: Una chava, como de mi edad, casada con dos hijos, comentó que su marido llevó a su hijo mayor al doctor... ¡¡¡A MIAMI!!! Esto está tan mal en varios niveles... Primero: en mi muy humilde (y tal vez bastante nacionalista) opinión, seguramente aquí hay buenos pediatras. Hay muchos, seguro alguno, por probabilidad, es muy bueno, e incluso tal vez hasta hay alguno conocido por su gran prestigio a nivel internacional. En serio, ¿ir al pediatra a Miami? Y yo que pensaba que ir de Santa Fe a Médica Sur (el original, en el sur profundo de la ciudad) era ilógico... Y de hecho ese es otro punto que está mal: lo ideal sería ir al pediatra que se ubicara a una distancia racional de nuestra casa. Supongo que estas personas no han escuchado hablar de una cosa que se llama algo así como... CONTAMINACIÓN. Pero claro, por qué contaminar con un coche, si se puede contaminar 100 veces más con un avión (hay que pensar en grande). Y OK, supongamos que no hay ningún doctor bueno en todo México, el niño tiene una seria condición, muy rara, y la única opción es ir a EUA... en serio, ¿a Miami? Hey, si quieres los mejores cuidados del mundo para tu hijo, y los puedes pagar, ¡te vas a Boston! Ahí está el Children's Hospital, probablemente uno de los mejores hospitales infantiles del mundo... alguna vez escuché como descripción: "Es algo así como entre la NASA y un kindergarten". Honestamente, prefiero que digan "llevamos a fulanito al pediatra, y luego de premio por portarse bien lo llevamos de vacaciones a Miami"... A ver qué pasa cuando fulanito se fracture el brazo y tengan que treparlo a un avión para que le pongan un yeso en Miami.
Ok, la historia anterior sí es un extremo, y seguro es la diminuta minoría la que hace cosas así (afortunadamente). Pero en serio, leo las noticias y veo lo terriblemente mal que estamos en México. Y dejen ustedes la violencia, eso no es tanto nuestra culpa, pero por ejemplo: el Partido "Verde Ecologista" pide que no se aplique la ley esa de las bolsas de plástico en el supermercado... sí, el que se supondría que sería el primero en apoyar la ley, es el primero en renegar de ella. O el tipejo desgraciado que atropelló a un policía y a las 2 semanas o algo así quedó en libertad... y vaya que hay casos así. Eso es otra cosa: yo sé que los policías no son unos santos, que muchos cometen errores, que otros tantos son corruptos y nada más andan buscando mordidas, pero bueno, ¿de qué serviría que buscaran mordidas si nosotros no las diéramos? En la corrupción, creo yo que hacen falta 2 partes en la historia.
O qué tal toda la gente que se queja de las inundaciones, pero sin mayor problema de consciencia tiran basura en la calle. Y qué decir de los que se quejan del tráfico y los embotellamientos, pero van, literalmente, en dos automóviles: su coche o camioneta, más el coche o camioneta de los guaruras. O de los que se quejan de la contaminación, pero andan ellos solos, no en una camioneta cualquiera, sino en un Hummer, estorboso, horroroso (para mi gusto), y que consume una cantidad estúpidamente grande de combustible... si quieren andar en un vehículo así, ¿por qué no se van a trabajar a Grumer de choferes de camión de valores? (aunque, ¡¡Dios nos libre de más camiones de valores en las calles!!).
Y bueno, luego de este no tan breve desahogo, creo que debería olvidar las quejas y proponer soluciones... o hacer un propósito personal al respecto. Debo decir que, aunque lo hice una vez, no doy mordidas, nunca. Incluso, la última vez que me pararon, por venir hablando por celular, le regalé una barra de granola al policía y le agradecí su honestidad al levantarme una infracción sin nada de "a ver cómo nos arreglamos" y porquerías de ese estilo. Y, a pesar de todas las historias macabras que escucho, respeto a los policías, porque si no los respetamos a ellos, que se supone que son la autoridad más cercana a nosotros, ¿a quién vamos a respetar?. Que tal si aquí, por escrito, me comprometo a no cometer infracciones... especialmente no hablar por teléfono celular mientras manejo (que, la verdad, si lo hago muchas veces). Y si rompo este compromiso, que me pare un poli y me levante una multa. He dicho.
Nota: Se aceptan voluntarios para hacer cualquier otro compromiso de civilidad.
Cambiando de tema, en Octubre es posible que vaya a patinar a Metepec, a "hacer un examen" de patinaje... ya les platicaré que tal la pista de Metepec, y que tal el examen.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)