Ir de Boston a Nueva York es casi como ir de México a Acapulco. Y teniendo a mi cuñadito viviendo ahí, aprovechamos que José Antonio terminó todas sus obligaciones escolares y nos lanzamos una vez más hacia el Sur.
Ésta fue una visita un poco diferente. Ya habíamos estado en NYC un par de veces (aunque la primera fue casi que exclusivamente para ir a la competencia de Showcase en el club de patinaje de NY o SCNY), y habíamos ido a la Estatua de la Libertad, al edificio del Empire State y al Met... y bueno, cuando fui con mi amiga Gina, yo tuve la oportunidad de ir al MoMA (el cual tenía una exposición temporal que me pareció una tomada de pelo... pero tenía también una exposición de Tim Burton, muuuuuuy padre). Así que esta vez nos saltamos todos esos requisitos para el "buen turista".
Obviamente fuimos a Times Square, conocimos la oficina de Alejandro, que está ahí, justo detrás de la esfera que cae en las fiestas de Año Nuevo, con una vista espectacular de toda la actividad en el que parece el centro del mundo. Comimos en un restaurantito de fast-food llamado Chop't, que son ensaladas que te hacen en el momento, está simpático y es bueno, sobre todo porque tú puedes elegir que lleva tu ensalada. Nos sentamos a comer en el parque detrás de la Biblioteca Pública, muy bonito y tranquilo (además de que el clima estaba excelente) y luego fuimos a una tienda de cupcakes sobre la calle de atrás de la Biblioteca (se llama Crumbs) y están muuuuuy buenos.... y muuuuy grandes..... y caros, pero es NYC, así que eso no es sorpresa.
El sábado asistimos a una función del Fantasma de la Opera (Phantom of the Opera) en Broadway. ¡Buen musical, con razón ya es un clásico! El chico que hizo el papel del fantasma estaba haciendo su debut en Broadway... y se el notó, debo decir. En la primera mitad se le fue la voz, y en algún momento se le salió un "pollito" (... pues sí, fue un gallo, pero no fue taaaan notorio). En la segunda mitad sí se lució, y disipó todas mis dudas de si merecía ese papel o no.
Cenamos en un restaurante Tai llamado Laut, muy cercano a Union Square, que es algo así como el Coyoacán de Nueva York. Fuimos a un restaurante cerca de ahí llamado Max Brenner (o algo así) que tienen casi todo de chocolate, simpático, muy chocolatoso y rico... nota: acabábamos de cenar, así que no consumimos nada ahí, pero yo compré una "jeringa" gigante llena de chocolate líquido, que en este momento tengo junto a mí, y cada fin de párrafo me encargo de que disminuya su contenido :)
Fuimos también al puente de Brooklin a caminar (no es tan largo como pensaba), al Museo de Historia Natural y su planetario (valen la pena), comimos Jamba Juice (¡¡¿¿por qué no hay en Boston??!!), cenamos en un restaurantito italiano cerca de la Universidad de Columbia, entramos al edificio de la Fundación Ford (muy cerca de Naciones Unidas, muy interesante edificio porque tiene un gran jardín interior), fuimos al edificio de las Naciones Unidas, pasamos de regreso por el "UN Way", que es una calle muy bonita y elegante donde seguramente todos los diplomáticos IN tienen sus oficinas, departamentos, o algo, y finalmente tomamos nuestro camioncito de regreso a casa.
Quiero aprovechar este espacio para decir que, si viajan de Boston a NYC en camión (bueno, si son espléndidos pueden pagar los +$100 por persona para ir en Amtrak, que cuentan las malas lenguas que tarda casi lo mismo que el camión, o los +$200 e irse en avión), Megabus es una buena opción siempre y cuando no viajen en Viernes por la tarde. Nuestro camión salió más de una hora tarde... aunque de regreso salió en punto y hasta nos pasaron una película... bien tonta, pero película al fin de cuentas.
¡Un besote!
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