Ok, como mañana nos vamos a NYC de fin de semana, acabemos de una vez con esta historia.
Bueno, entonces llegamos al año 2004. Como estudiante de la Universidad Anáhuac, tuve la oportunidad de irme de intercambio a estudiar un semestre a la Universidad de Ottawa, en Canadá. Ahí noté algunas diferencias entre una universidad de primer mundo, y una universidad mexicana. Y podría escribir bastante al respecto de las diferencias académicas, pero este blog no es para eso, así que, en resumen, la universidad en Ottawa tenía unas súper instalaciones deportivas, a diferencia de la Anáhuac que, básicamente, tiene dos espacios muy grandes para jugar fútbol. Y tal como la Anáhuac tiene espacios para nuestro deporte nacional "por excelencia", la "University of Ottawa/Université d'Ottawa" (UofO) contaba con 2 espacios grandes para el deporte nacional correspondiente: Hockey sobre hielo. Una diferencia importante, en lo que a deportes en las universidades respecta, es que hay clases, clubs, grupos, o algo, para practicar muchos deportes. Y esto no es sólo en la UofO, también lo encontré aquí en MIT, que me ha albergado por casi 2 años.
Muy emocionada proque iba a poder tomar mis primeras clases de patinaje, separé dinero específicamente para comprarme unos patines de hielo. Digamos que mis segundos patines eran unos GAM para un nivel de patinaje básico-avanzado. ya desde entonces tenía la idea de aprender algún salto y "poder morir en paz". Amé esos patines, fueron lo más cómodo del mundo, y ahora que he avanzado un poco en mi patinaje, estoy pensando comprarme unos GAM nuevamente.
Me inscribí en el curso más elemental, ya que el más avanzado se contraponía con una de mis clases, y aunque me emocionaba más patinar que aquella clase, la idea de ir a la UofO era estudiar, no patinar. Digamos que en esos meses perfeccioné mi patinaje hacia adelante y hacia atrás, los cruzados hacia adelante y hacia atrás, hice mis primeros pininos en los cambios de tres e intenté los mohawks, los cuales a la fecha no me salen muy bien que digamos. Fui feliz, pero nuevamente el semestre acabó, y con ello mi segundo intento de carrera patinística.
Regresé a México, terminé la Licenciatura en Mercadotecnia, comencé a trabajar para Grupo Modelo... por fin, un ingreso que podía gastar en lo que yo quisiera. Entonces comenzó la peregrinación en busca de clases de patinaje.
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